24 may 2013

En la cuneta de Soler.


Otra vez pisé mierda. No tiene vereda limpia esta ciudad. Mi novia dice: vamos a patinar en la caca. Me señala montículos hundidos en la vereda, huellas curvas y estriadas, mostrando que me habla de una realidad. En la calle hay que aprender a esquivar. En el centro, en las avenidas, se esquiva gente. En las calles de barrio, se esquiva mierda.

10 may 2013

Pumita.


Mi hermana tiene dos piedras pómez, una más gruesa y suave, otra más áspera, partida en dos por mí. Se partió cuando la solté al piso. Había usado esa piedra para limpiarme las manos, para sacarme el pegamento por diez años, una década estudiando arquitectura. Pegamentos que se usan en arquitectura: adhesivo en aerosol que empasta el vello en los brazos, adhesivo instantáneo que endurece las yemas de los dedos, cola vinílica que seca en membranas blancas, gel transparente que hace virutas de goma. En esos años de preparación llegué a conocer el efecto del pegamento en mis manos, pero supe muy poco de la piedra que sirvió para sacar el pegamento de las manos, dejarlas listas para más pegamento.

3 may 2013

Sidra casera con bourbon, sandia con tinto.


Hay algo podrido en esta casa, o en mi boca. Como un sueño que olvido, tengo la impresión de haber estado en un auto, en una autopista con faroles altos, con puentes de malla de alambre en la oscuridad. Algo gomoso y pegado, como mayonesa vieja, dificulta enfocar la mirada. En los fogonazos donde intento mirar, en las articulaciones cuando me pongo de pie, sola se piensa la necesidad de agua.